Proclama en la Semana de Estudios de Viedma
Proclama trasmitida por internet en el encuentro de Viedma,
preparando el congreso catequístico nacional del próximo año
preparando el congreso catequístico nacional del próximo año
En Viedma, en el paralelo de los santos, del coraje de Laura,
del compromiso con su pueblo de Ceferino
del compromiso con su pueblo de Ceferino
y el servicio a los más necesitados de Zatti, ¡resonó tu Palabra!
¡Nos sentimos felices! Hemos visto y hemos escuchado los latidos
de los corazones de ustedes, catequistas!
de los corazones de ustedes, catequistas!
Tus desvelos, tus cansancios, yus desencantos, tus tristezas, tus anhelos, tus ilusiones,
tus esperanzas, tus logros, tus alegrías, tus búsquedas.
Hemos vibrado con esto intensamente porque también son nuestros.
Entonces en un pregón le dijimos esto a Dios:
Como siempre, como en el inicio Tu Palabra buscándonos; Tu presencia conmoción profunda.
Viento, fuego, conmoción… temblamos, nos conmovimos, se cayeron los velos, mirada nueva,
nos animamos a decir “basta ya”
nos animamos a decir “basta ya”
Basta ya de escandalizarnos, de hablar mal del mundo.
Basta ya de una catequesis de conceptos y no de encuentro.
Basta ya de una catequesis que solo intente explicar, de cambio de etiquetas,
del dialecto eclesial pseudo teológico.
del dialecto eclesial pseudo teológico.
Basta ya, de una catequesis sin Pascua y de catequistas no resucitados.
Basta ya de decisiones-parches no integradas en un itinerario o proceso.
Basta ya de lloriqueos, de quejas estériles, de críticas vacías…
Basta ya de una catequesis que no transforme la vida de las personas: de la nuestra y de todos.
Que se contenta con que la gente conozca, y que no promueve la transformación personal
y comunitaria.
Que se contenta con que la gente conozca, y que no promueve la transformación personal
y comunitaria.
Basta ya de catequistas que asumen su rol como prestado, subordinado…
Basta ya de catequistas solos o de aislamientos. Porque necesitamos ser una iglesia en comunión.
Basta ya porque jamás venció la noche.
Como siempre, como en el inicio, Tu Palabra buscándonos.
Anticipaste la aurora compartiendo tu luz. ¡Nos sentimos felices!
Anticipaste la aurora compartiendo tu luz. ¡Nos sentimos felices!
Somos pueblo de la alianza, de vínculos nuevos. ¡Nos sentimos felices!
Somos testigos apasionados de la Pascua, tu familia. ¡Nos sentimos felices!
Somos comunión, que se conmueve ante el dolor del hermano, ¡nos sentimos felices!
Somos hombres que vivimos de tu abrazo, de tu danza, de tu fiesta.
Y queremos ser abrazo, consuelo, hombro, caricia, partícipes fascinados de tu danza,
convidadores de tu fiesta para todos y constructores de esperanza.
¡Nos sentimos felices! Este es Su regalo, nuestro sudor y nuestra dicha.
De esto, nosotros somos testigos y te lo queremos compartir.
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