del P. Pedro Oeyen
El P. Pedro Oeyen es el iniciador de la Catequesis Familiar en Argentina (Diócesis de San Isidro)
LA INICIACIÓN CRISTIANA Y
EL SÍNODO PARA LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
El Papa ha
decidido realizar el próximo Sínodo General de Obispos en 2012 sobre “La nueva
evangelización para la transmisión de la fe cristiana”, tema directamente
relacionado con la Iniciación Cristiana.
Recientemente se publicaron los “Lineamientos”, primer documento de trabajo
para el Sínodo. A partir de alguno de sus elementos, humildemente presento
algunas reflexiones para el Senac.
1. De los Lineamientos
“La pregunta
acerca de la transmisión de la fe ...
debe transformarse en una pregunta dela Iglesia sobre sí misma.
Esto permite encuadrar el problema de manera no extrínseca, sino correctamente,
porque cuestiona a toda la
Iglesia en su ser y en su vivir. Tal vez así se pueda comprender
también que el problema de la infecundidad de la evangelización hoy, de la
catequesis en los tiempos modernos, es un problema eclesiológico” (Lin. 2).
debe transformarse en una pregunta de
“La nueva
evangelización ... no es una simple repetición, sino que consiste en el coraje
de atreverse a transitar por senderos nuevos frente a las nuevas condiciones en
las cuales la Iglesia
esta llamada a vivir hoy el anuncio del Evangelio. ... A tal concepto se
recurre para indicar el esfuerzo de renovación que la Iglesia está llamada a
hacer para estar a la altura de los desafíos que el contexto
socio-cultural actual pone a la fe
cristiana” (Lin. 5).
“Es necesario
que la práctica cristiana oriente la reflexión hacia un lento trabajo de
construcción de un nuevo modelo de ser Iglesia ... Las comunidades cristianas
deben asumir con responsabilidad y coraje esta demanda de renovación que la
transformación del contexto cultural y social pide a la Iglesia ” (Lin. 9).
“La Asamblea General
Ordinaria del Sínodo de los Obispos dedicada a la Catequesis había reconocido
como don del Espíritu la madurez registrada en los métodos que la Iglesia ha sabido elaborar
para realizar la transmisión de la fe. ... Estos métodos asumen la
inculturación como instrumento propio ... (con) una ley fundamental, que es la
doble fidelidad a Dios y al hombre ... El Directorio General de Catequesis ...
hace de la inculturación el principio del propio funcionamiento pedagógico”
(Lin. 14).
2. La
Iniciación Cristiana
El tema del
Senac y del Congreso de Nacional de Catequesis nos lleva a tratar de
transformar una catequesis vinculada con los sacramentos en una que inicie a la
vida cristiana. El desafío es interesante. Es algo que de una u otra manera siempre
hemos intentado hacer, sin lograrlo más que parcialmente. Ojalá se encuentren nuevos
métodos que lo hagan posible.
Pero el Sínodo
amplía el tema. Nos dice que no es sólo cuestión de métodos. Que debemos
preguntarnos si la Iglesia
a la que queremos incorporar a nuestros catequizandos es realmente la que
Cristo quiere para el mundo actual. Y si el mensaje que transmitimos es
comprensible para el hombre de hoy.
Esto nos
desafía mucho más profundamente. Si nos quedamos en revisar nuestros métodos,
pero no inculturamos nuestra fe y nuestra Iglesia, corremos el riesgo de
fracasar.
3. Hay que partir de la primera evangelización
A la luz de
estas reflexiones, me parece necesario volver a analizar cómo fue la
evangelización apostólica y la de los primeros siglos del cristianismo. Para
luego tomar parámetros que nos guíen hoy. Humildemente señalo algunos datos que
me parecen significativos:
a. Rompieron con el molde cultural y religioso de origen
Todos
provenían del judaísmo y para entrar en el mundo pagano tuvieron que romper con
la Ley , el
Templo, el Sanedrín, la sinagoga, el idioma y la circuncisión.
b. Superaron las tensiones internas
Esta ruptura
no fue sencilla ya que existieron dentro de la comunidad apostólica primitiva
fuertes presiones para mantenerla dentro de la tradición judía. Pero
encontraron el modo de superar estas tensiones y volcar el Evangelio en los
moldes culturales del mundo pagano.
c. Se identificaron con los destinatarios de la evangelización
San Pablo
decía: “Me hice judío con los judíos, griego con los griegos, todo con todos
para ganar algunos”. Declarándose tan libre de la Ley que hasta aprobaba que se
comiera “la carne inmolada a los ídolos”, porque los ídolos no eran nada.
d. Trataron que el mensaje cristiano fuera comprensible a los oyentes
Al moverse en
el mundo greco – romano, utilizaron categorías filosóficas griegas para
explicar los misterios de la fe cristiana, a pesar de que éstas provenían del
mundo pagano y eran ajenas al judaísmo y al cristianismo original.
e. Al estructurar las nuevas formas litúrgicas asumieron signos
significativos
Asumieron el
idioma de cada lugar y signos que fueran significativos para los participantes.
Esto dio origen a diversas formas de celebrar la liturgia y los sacramentos,
que en parte se conservan en las Iglesias Orientales.
f. Dieron respuestas creativas a las problemáticas que aparecían
Por ejemplo,
ante el hecho que algunos se divorciaban al asumir la fe cristiana, declararon
la preeminencia de la fe sobre el vínculo y permitieron un nuevo matrimonio.
g. Estructuraron la jerarquía eclesiástica a semejanza del Imperio
Después de la
paz constantiniana, asumieron la formas del Imperio Romano en la estructuración
jerárquica de la Iglesia ,
a pesar de que en muchos aspectos esto no era muy acorde al Evangelio.
h. Mantuvieron una postura crítica frente a ciertas costumbres paganas
Al asumir la
cultura reinante en el mundo pagano, no lo hicieron identificándose con todas
sus costumbres, sino que mantuvieron una postura crítica frente a ciertos
excesos (ver, por ejemplo, 2 Cor.).
4. El diálogo fe y cultura en la actualidad (ver GS 57-59)
Aunque el tema
de la inculturación del Evangelio está presente en muchos documentos eclesiales
(ver EN 18-20, CT 53), en general se lo entiende como que éste debe transformar
las culturas, pero no se asume que para ello debe encarnarse en ellas. Pero “lo
que es asumido, no es redimido”, decía San Agustín.
El mensaje
evangélico fue volcado en moldes culturales y dieron origen a una “cultura
cristiana”. Pero ese mundo ya no existe y sus moldes no están vigentes. Pareciera
que la Iglesia
se aferra a ellos, sin querer adecuarse al mundo actual.
Además, suele
mantener una postura muy crítica frente a él, sin reconocer el obrar de Dios
que va suscitando valores. Esto dificulta enormemente la evangelización.
Sin pretender
agotar el tema, ni desarrollarlo exhaustivamente, señalo algunos ejemplos:
a. Los documentos eclesiales utilizan un lenguaje incomprensible
Si bien en los
últimos 50 años se han multiplicado en cantidades inverosímiles, a menudo para
repetir cosas ya dichas, muy poca gente los lee y su incidencia en la vida
eclesial es mínima.
b. Los dogmas y enseñanzas están formulados en términos filosóficos
anticuados
La filosofía
griega y la teología escolástica resultan ajenas al mundo actual. Aunque se
enseñen en colegios y universidades católicas, los estudiantes no iluminan sus
vidas con estas explicaciones; las aprenden como se puede estudiar una cultura
antigua.
c. Para inculturarlos, no basta con traducir los textos litúrgicos
Doce siglos
después de la caída del imperio romano, el Concilio Vaticano II autorizó que la
liturgia dejara el latín y se celebrara en lengua vernácula. Fue un gran paso.
Sin embargo, los signos y los ritos siguen siendo actualmente incomprensibles
para la mayor parte de los fieles.
d. La moral católica es cuestionada por muchos
La cultura
actual se han revalorizado la sexualidad y el amor, pero la Iglesia no hizo lo mismo y
sus enseñanzas relacionadas con la moral sexual parecen a menudo muy maniqueas.
e. La actual estructura jerárquica de la Iglesia impide la
participación
En el mundo ha
ido creciendo la participación democrática, que parece más acorde a 1 Cor. 12.
Sin embargo, la Iglesia
mantiene una estructura imperial. Las autoridades a todo nivel son designadas
verticalmente y las decisiones no son tomadas en forma participativa. Los
laicos, religiosos/as y sacerdotes, es decir el 95% de los miembros de la Iglesia , se transforman en
meros ejecutores; a lo sumo a veces son consultados, sin que esa consulta sea
vinculante.
f. La mujer continúa relegada
A pesar de que
en el mundo la mujer ha ido adquiriendo derechos y ocupando posiciones que la
van equiparando al varón, en la
Iglesia no tiene ninguna posibilidad de acceder a puestos de
decisión o gobierno.
g. La respuesta a la situación de los divorciados es inadecuada
En occidente
casi el 50% de la población adulta ha pasado por un divorcio y vive en nueva
unión. Muchos de ellos se han alejado de la práctica religiosa. Cuando a raíz
de alguna acción evangelizadora vuelven a acercarse, se encuentran que no
pueden participar en los sacramentos. Es necesario encontrar una solución a
este tema, quizás la práctica de otras Iglesias Cristianas (Ortodoxas y
Protestantes) pueda aportar elementos.
h. La libertad de conciencia no es respetada
En un mundo
donde la libertad del individuo y de su conciencia es cada día más valorada, la Iglesia suele prescindir
de ello y exige obediencia incondicional a su mandatos. Pero hay muchos que se
niegan a obedecer, son miembros de la Iglesia pero no acatan sus enseñanzas, ni se
guían por la voz de sus pastores. Esto es causa de crisis y tensiones.
i. La jerarquía eclesiástica procura influir sobre las autoridades
civiles
A pesar de que
se ha declarado muchas veces el fin de la cristiandad, cada vez que se presenta
un tema que pone en cuestionamiento los principios católicos (divorcio,
matrimonio gay, aborto, eutanasia, etc.), la jerarquía actúa corporativamente
como un órgano de presión sobre las autoridades civiles. No sólo no consigue
sus objetivos, sino que provoca rechazo en la población general y aleja
cristianos de sus filas.
j. No se le da lugar adecuado a los sentimientos
En occidente
ha adquirido progresiva importancia la valoración de los sentimientos. Sin
embargo, como secuela del racionalismo, a menudo la fe es presentada como una
adhesión racional a principios y verdades, sin que se le brinde un cauce
adecuado a la afectividad. Sólo la renovación carismática y la religiosidad
popular la tiene en cuenta, pero estas realidades no suelen ser muy valoradas
por otros sectores eclesiásticos.
k. A veces sólo se promueve un pietismo individualista
En un mundo
cada vez más consciente de que existen grandes desigualdades e injusticias, la
enseñanza de la doctrina social suele quedar en un plano meramente declarativo
y en cambio grandes esfuerzos se realizan para promover un pietismo
individualista en los fieles.
l. Hay una permanente desconfianza hacia la ciencia
Hoy en día
existe una gran valoración de la ciencia y la tecnología. Sus avances han
marcado profundamente el modo de pensar y de vivir actuales. Sin embargo, la Iglesia tiene una postura
de permanente desconfianza hacia ellas.
5. Mirando al futuro
Esto es solo
un pequeño muestrario de la situación actual. Pero creo que es suficiente como
para que se comprenda el principio que intento enunciar: HACER UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN IMPLICA NECESARIAMENTE
ROMPER LOS MOLDES CULTURALES EN LOS QUE SE VOLCÓ LA FE CRISTIANA A LO
LARGO DE LOS SIGLOS ANTERIORES, PARA BUSCAR NUEVAS FORMAS, ADECUADAS AL MUNDO
ACTUAL.
Sólo si lo
hace podrá brindar al mundo respuesta a los interrogantes que la cultura actual
no resuelve, en particular los relacionados con el dolor y la muerte, al mismo
tiempo que se podrán corregir sus errores. El anuncio gozoso y transformante
del misterio pascual volverá entonces a ser novedad asombrosa, que llama a la
fe y a la conversión. La Iniciación
Cristiana deberá necesariamente ser parte de este proceso si
quiere producir frutos duraderos.
Sin duda, como
en los primeros tiempos de la
Iglesia , habrá muchos que se opongan a estos cambios. Quizás
lleve mucho tiempo asumirlos, no creo que yo llegue a verlos, pero confío en la
acción del Espíritu para que algún día se logre.
Pedro
Oeyen
San Isidro. Junio de 2011
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