Martes 01 de Abril de 2014 10:32:45 | “Los niños sordos también tienen un espacio en la Iglesia”; es el llamamiento de la madre de una niña sorda recibida en audiencia privada por el Papa en el Vaticano.
Nancy Molina es la madre que lideró el viaje de las familias de la Comunidad de Nuestra de Señora del Silencio de Tucumán, Argentina, al encuentro con el Papa en el Vaticano.
El grupo fue recibido el sábado pasado por Francisco en audiencia privada, gracias también a la intermediación de la Pequeña Comunidad de Sordomudos con sede en Roma.
El Sumo Pontífice quería interiorizarse acerca de la iniciatuva de Nancy junto a otros padres, quienes comenzaron a dar catequesis a persoans sordas en Tucumán hace años, y quienes desean que la misa pueda ser interpretada para quienes tienen problemas de hipoacusia, como una forma de inclusión.
La historia de Nancy y Lucila“Los niños sordos también tienen un lugar en la Iglesia”, afirma Molina, madre de Lucila Del Rosio Vigiani, una niña de 17 años sorda desde su nacimiento por causa de un virus.
La “madre coraje”, como la llaman con cariño ha organizado junto a otros padres la catequesis para niños sordos en Tucumán, acción que ha llamado la atención del Papa.
Nancy confiesa que la suya ha sido “una experiencia de vida muy dura” pero llena de “fe y unión familiar”.
“Lucila nació con un citomegalovirus mortal", explica. "Fue un momento de desesperación. Yo tenía 22 años y pensaba lo peor. Lucila no iba a vivir más de seis meses, pero el Señor tenía otros planes para ella. Todo esto confundió a los médicos y sus diagnósticos. Las complicaciones neurológicas no dejaban muchas esperanzas”.
"En aquel momento el Señor comenzó a mostrar su mano. Era difícil tratar de tener esperanzas en aquel momento, pero gracias a Dios, Lucila pudo salir de esto. Pesaba sólo 8 kilos a los dos años, poco a poco se iba recuperando. Para nosotros fue una bendición que ella estuviera viva. El Señor permitió que ella viviera”.
Nancy afirma que la hipoacusia era el mal menor frente al riesgo de muerte de su hija. “Hoy Lucila tiene 17 años por obra del Señor”, dice, "su vida sobrepasa cualquier expectativa de la ciencia médica".
La historia de Nancy y su hija continúa desde la fe. “Toda la familia se involucró en el tema de la sordera y la hipoacusia”. De hecho, dos tías de Lucila, Carolina y María Belén Molina, aprendieron el lenguaje de señas y ahora son catequistas para otros jóvenes con el mismo problema.
“Esto hizo que mi esposo y yo nos uniéramos en la fe porque no es fácil aceptar una situación así. Sólo el Señor da la fortaleza”.
Después de que Lucila hizo la comunión y la catequesis especial, se necesitaba profundizar el camino de fe. “Necesitábamos ir a una misa con intérprete. Lamentablemente en Tucumán no habían muchas opciones”. En una ocasión, cuando encontraron una iglesia dispuesta a acoger a un intérprete para la misa, “la gente se lamentó porque distraía durante la función”, recuerda.
De ahí el doble problema de la incomunicación y de la marginación, debido a la incomprensión del problema de parte de la sociedad.
En ese momento, Nancy Molina y otras mamás con las mismas dificultades iniciaron la catequesis para sordos.
Pastoral para sordosRecordando que el Papa Francisco dedicó un espacio de la pastoral para los sordos durante la Jornada Mundial de la Juventud, Nancy llamó al Arzobispado a fines de agosto y preguntó "por qué aquí no hacemos algo".
La Secretaría del Arzobispado, al ver tremendo ejemplo y después de informarse de que no había alguna pastoral en ese sentido, puso en contacto a Nancy con el Padre Carlos Sánchez, quien tuvo la tarea de organizarlos como grupo de pastoral para sordos.
Así nació una iniciativa evangelizadora que está ganando lugar en Tucumán, y es modelo para otras ciudades y provincias en Argentina.
El grupo inició en septiembre de 2013, pero es tan vital, que Francisco no ha dudado un momento en invitar a los padres y los jóvenes sordos a Roma para la audiencia privada, para que sean ejemplo para otras realidades en el mundo.
El siguiente video es un mensaje de Nancy:
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