RITO DE ACOGIDA DE LOS NIÑOS EN LA ESCUCHA DOMINICAL DE LA PALABRA DE DIOS

Queridos catequistas: el siguiente es el rito propuesto en una diócesis española para el comienzo de la "iniciación" de los niños a la vida cristiana; lo podemos adaptar fácilmente a la realidad de cada comunidad. Es interesante como -siguiendo la más antigua tradición catecumenal - se propone que los niños al comienzo solo participen en a primera parte de la Misa; yo lo vengo practicando así durante el segundo año de catequesis, los chicos se reúnen después con sus catequistas, y los padres los retiran al terminar la Misa.



Delegación Episcopal de Liturgia (Diócesis de Jaén) - 1
RITO DE ACOGIDA DE LOS NIÑOS
EN LA ESCUCHA DOMINICAL DE LA PALABRA DE DIOS
Y EN LA CATEQUESIS DE INICIACIÓN A LA EUCARISTÍA
Por tratarse del inicio de un “camino catecumenal” que llevará a la participación plena de la
Eucaristía dominical por la Comunión, este rito debe celebrarse siempre en domingo y al inicio
de la misa parroquial presidida por el párroco. El día más propicio para su realización sería el
primer domingo de Adviento. A él estarían invitados, además de los niños, sus padres (y familiares
más allegados), sus padrinos, sus catequistas y los que de algún modo intervendrán en su
acompañamiento.
El grupo de niños estará situado en lugar preferente, ante el ministro y frente al ambón –que
quedará ya habitualmente reservado para ellos durante toda su iniciación–,
arropado por sus
padres y catequistas de modo que, también estos, puedan intervenir fácilmente en la celebración.
Al llegar el celebrante a la sede, saluda sin realizar el gesto de la signación y, con cierta
naturalidad, advierte a todos los fieles congregados la importancia que tiene para toda la
comunidad parroquial lo que hoy se va a realizar…
MANIFESTACIÓN DE LA DECISIÓN DE ENTRAR EN EL CATECUMENADO
El celebrante va nombrando a cada uno de los catequizandos que, contestando «¡presente!», se
van dirigiendo hacia él hasta ponérseles delante todos los niños del grupo. Entonces, les dirige
estas palabras:
En el tiempo que nos venimos encontrando,
hemos tenido la posibilidad de descubrir cómo quiere Jesús
que todos los hombres dejen de hacer cosas malas
y se hagan amigos y hermanos suyos
y amigos y hermanos entre sí.
Para poderlo conseguir,
Jesús alimenta el amor de sus amigos con su mismo Cuerpo por ellos entregado.
Vosotros estáis aquí con el deseo de poderos acercar un día
y ya cada domingo con los demás cristianos también–
a recibir y comer el Cuerpo del Señor.
Por eso os pido que manifestéis hoy vuestra decisión
ante todos los que, en el nombre del Señor, os tenemos que acompañar
para poderlo cumplir:
El celebrante pregunta con solemnidad:
Queridos niños ¿queréis amar a Jesús y ser sus amigos?
Los niños responden:
¡Sí, queremos!
El celebrante pregunta:
¿Queréis seguirle haciendo caso de todo lo que os diga?
Los niños responden:
¡Sí, queremos!
SIGNACIÓN Y ENTREGA DEL CRUCIFIJO
El celebrante entonces les advierte:
Es Dios Padre quien os ama y os ha llamado a ser amigos de Jesús, su Hijo.
Delegación Episcopal de Liturgia (Diócesis de Jaén) - 2
Ahora yo, (vuestros padres)1 y vuestro catequista
os signaremos en la frente con la señal de la cruz,
como ya hicieron el día de vuestro bautismo.
Con este gesto recordamos que Jesús nos ha amado hasta morir por nosotros
y que con su ayuda nosotros queremos amarlo y amarnos así también.
Para que nunca se os olvide, os vamos a entregar también un pequeño crucifijo.
De ahora en adelante lo llevaréis siempre con vosotros
y cada vez que hagáis la señal de la cruz, acordaos de Jesús y de su amor por nosotros.
El sacerdote va haciendo con el pulgar la señal de la cruz sobre la frente de cada uno, diciendo:
N., recibe la señal de la cruz + sobre la frente:
que el mismo Cristo te proteja con el signo de su amor y de su victoria.
Aprende ahora a conocerlo mejor y seguirlo.
Y le hace enseguida entrega del crucifijo, que el niño besará al recibirlo, e invita (a sus padres) y a
su catequista a ir haciendo también ellos la señal de la cruz sobre la frente del niño sin decir nada,
conforme vayan volviendo a su sitio.
Cuando ha terminado, el celebrante desde la sede se signa y todos con él «en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», como al comienzo de la Misa.
ESCUCHA DOMINICAL DE LA PALABRA
Sigue la oración colecta2, antes de traer el Leccionario para colocarlo honoríficamente en el
ambón. Entonces, el mismo celebrante o un catequista puede hacer una brevísima monición
sobre la importancia de la Palabra de Dios, cuando se proclama y es escuchada por los cristianos
reunidos como Iglesia. A continuación, comienzan ya las lecturas dominicales de la Misa.
Después de las lecturas, el celebrante pronuncia una breve homilía, seguida de una pausa de
silencio, en la que los niños son invitados a orar en su corazón.
ENTREGA DEL LIBRO DE LOS EVANGELIOS
Tras el silencio, un catequista lleva a los niños ante el sacerdote que irá entregando a cada uno el
libro de los Evangelios diciendo:
N., recibe el Evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios.
Cada niño besa el libro al cogerlo entre sus manos y se vuelve a su sitio.
Terminada la entrega de los Evangelios, el sacerdote indica a los niños que sólo ellos se pongan
de pie y les habla en estos términos u otros semejantes:
Acabáis de recibir el Evangelio de Jesús por el que siempre os tendréis que guiar.
¿Estáis dispuestos a venir cada domingo para escuchar y entender cada vez mejor
lo que el Señor nos quiere deciry cómo hemos de hacer vida su verdad?
Los niños responden a la vez y en voz alta:
Sí, vendremos cada domingo a escuchar al Señor.
Después el sacerdote se dirige a los adultos indicándoles que también ellos se pongan ahora de
pie, advirtiéndoles a continuación:
En cuanto a vosotros, los adultos aquí presentes,
debéis estar muy atentos al crecimiento de estos niños en el conocimiento del Señor
y ofrecerles el apoyo de nuestro cariño, de nuestro testimonio y de nuestra oración.
Para ello, ¿estáis dispuestos a escuchar con mayor atención al Señor y a vivir con mayor fidelidad lo que nos enseña en su Evangelio?
Los adultos responden al unísono y en voz alta:
Sí, estamos dispuestos.

ENTREGA DEL CATECISMO A SUS PADRES Y CATEQUISTAS3
El párroco explica la entrega que ahora va a realizar, con éstas o similares palabras:
El catecismo Jesús es el Señor contiene la Buena Noticia
que la Iglesia, nuestra madre, enseña a los niños:
el amor de Dios, que se nos ha manifestado en Jesús, su Hijo, nacido de la Virgen María.
Yo, vuestro párroco, secundando el ministerio apostólico de nuestro Obispo Ramón
como educador de la fe y primer catequista de esta comunidad parroquial de N.,
os quiero hacer entrega de este Catecismo de la Conferencia Episcopal Española
para la iniciación sacramental de estos niños:
En primer lugar a vosotros, sus padres,
que, por el sacramento del matrimonio
y en virtud también del compromiso adquirido en su Bautismo
tenéis la responsabilidad ante Dios
de ser los primeros educadores en la fe de vuestros hijos,
en el ámbito de esa iglesia doméstica que sois como familia cristiana (cf. DGC 227).
Y, en segundo lugar, a sus catequistas
que encarnáis la misión confiada a esta comunidad parroquial de N.
de educar en la fe a los que en su seno han de crecer y madurar en la vida cristiana.
Que la Virgen María, educadora y discípula del Hijo que se hizo hombre
para hacer a los hombres hijos de Dios,
os aliente con su ejemplo y os sostenga con su maternal protección
en la más hermosa de todas las tareas:
la de dar a conocer al Único Dios verdadero y a su enviado Jesucristo,
que es en lo que cosiste la vida eterna (Jn 17,3)
Luego, entrega el Catecismo a los padres de cada niño, diciendo:
Recibid este catecismo como primeros catequistas de vuestros hijos
en el ámbito de la Iglesia doméstica.
Que él os ayude eficazmente a transmitir la fe a vuestros hijos.
Y, después, a cada uno de los catequistas, diciendo:
Recibid este Catecismo en el que está expresada y propuesta la fe de la Iglesia.
Del conocimiento amoroso de Cristo brotará en vosotros el deseo de anunciarlo y llevar a su seguimiento, conforme a la acción del Espíritu Santo en aquellos que se os confían.

PRECES
A continuación, toda la asamblea se pone ya de pie para la oración de los fieles que el sacerdote
introduce, diciendo:
Oremos por estos niños que inician hoy el camino que les llevará a conocer mejor y amar más al Señor,por sus padres y los catequistas encargados de su consecución y por todos nosotros que también hoy nos asociamos a su decisión.

Un padre o catequista propone las siguientes intenciones:
· Para que Dios, nuestro Padre, haga crecer en ellos, todos los días,
su deseo de seguir a Jesús, roguemos al Señor.
R/: Te rogamos, óyenos.
· Para que el instinto del Espíritu Santo los mantenga alejados de la tentación,
la desgana y el cansancio, roguemos al Señor. R/.
· Para que, a imitación de la familia de Nazaret,
en la que Jesús creció en sabiduría y en gracia de Dios,
los padres de estos niños les sirvan de estímulo
en la adhesión a la verdad y el amor de Cristo, roguemos al Señor. R/.
· Para que el ejemplo de Jesús abrazando y bendiciendo a los niños
aliente a sus catequistas a desempeñar con entusiasmo su ministerio
y a ser testigos convincentes de la fe que han de transmitir, roguemos al Señor. R/.
· Para que puedan encontrar alegría y vida en la familia de los hijos de Dios
y se sientan así animados a perseverar con ilusión en su camino hacia la Eucaristía
y el conocimiento más pleno del Evangelio, roguemos al Señor. R/.
El sacerdote concluye, diciendo:
Oh Padre, que has suscitado en el corazón de estos niños el deseo de ser discípulos de tu Hijo Jesús en plenitud, haz que recorran con perseverancia el camino que a ello los ha de conducir y se vean así cumplidos sus deseos y los ruegos de nuestra oración. Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Todos responden:
Amén.
Antes de seguir con la Liturgia de la Eucaristía, el celebrante despide ya a los niños, con estas
palabras:
Podéis marchar en el nombre del Señor.
Os esperamos el próximo domingo, cuando nos reunamos de nuevo para escucharlo4.

1 Cuando los padres no son practicantes o no tienen manifiesto interés, se decidirá lo que conviene hacer en función de estos tres criterios: el contexto de la asamblea, el respeto a la libertad de los padres y la verdad del signo que se realiza.
2 Se suprimen: el “acto penitencial”, ya que hoy antecede el rito de Admisión a la Catequesis de Iniciación; y también el “Gloria”, por realizarse en el primer domingo de Adviento.
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3 La entrega del Catecismo a los padres puede realizarse, si se ve más conveniente, de forma representativa a algunos sólo o a unmatrimonio con su hijo.

4 El principio de la progresión, tan propio de la iniciación, recomienda que estos niños participen sólo de la liturgia de la Palabra y no de la liturgia Eucarística. Podrían pasar al salón parroquial o a algún otro lugar con su catequista, procurando alguna actividad adecuada,
mientras sus padres y familiares con los que hayan acudido terminan la celebración eucarística.

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