9. Creados para la vida

9º encuentro de padres: Creados para la vida
1. Objetivo: descubrir que la paternidad de Dios es la causa de nuestra dignidad humana. Tomar conciencia de nuestra vocación de hombres: HIJOS de Dios, HERMANOS de los demás (solidaridad y amor), SEÑORES del mundo.
2. Comenzar la reunión evaluando el trabajo con los niños. Preguntar si han quedado dudas o interrogantes acerca del relato del Génesis de la ficha anterior.
3. Leer Génesis 2 (1) en lo posible directamente de la Biblia.
Analizar con los padres el significado de las imágenes, remarcando (2): particular amor de Dios al crear al hombre (imagen del alfarero); su vocación de felicidad (paraíso); señor de las cosas (pone nombre a los animales): necesidad de realizarse como persona CON el otro ("no es bueno que el hombre esté solo"); esencial igualdad y dignidad de varón y mujer y su complementariedad (imagen de la costilla. palabras de Adán); la familia como primer lugar de realización y crecimiento del hombre ("por eso deja el hombre a su padre y a su madre...") etc.
4. Analizar la propia vida a partir de las tres preguntas del Nº3 tomando uno o varios de los textos evangélicos indicados, que debemos leer nosotros previamente.

Después de preparar nuestra conversación con los chicos (4) ayudados por la ficha correspondiente, finalizamos nuestro encuentro con un momento de oración “contemplativa”. Podemos leer pausadamente los textos del punto 5 orando libremente por nuestras familias.

Concluimos leyendo el punto 6. Recomendamos leer en casa el n.º 7.



¿Por qué fuimos creados del barro?
Hay expresiones bíblicas que necesitan ser conocidas y apreciadas en su justo alcance para que todos los creyentes que leen la Palabra de Dios puedan interpretarla debidamente.
No es solo cuestión de erudición, sino que se trata de profundizar nuestro conocimiento para una adecuada lectura e interpretación de la Biblia. Quien sabe preguntar, sabrá a su tiempo dar respuestas que los otros les pidan.
Según la Biblia, Dios formó a Adán, el primer ser humano, con barro del suelo. De una costilla suya hizo a Eva, su mujer. Y luego los colocó en medio de un paraíso fantástico. Ambos vivían desnudos sin avergonzarse, y Dios, por las tardes, solía bajar a visitarlos y a charlar con ellos (Génesis 2).
Aún hoy se encuentran personas (y también profesores de secundaria... y de universidad) que se burlan de este relato bíblico de la Creación, en nombre del progreso de las ciencias y del sentido común.
En realidad prevalece en ellos un racionalismo un poco trasnochado, que no sabe leer la belleza poética de estos textos literarios antiguos y mucho menos saben descubrir la profundidad teológica que acompañó a la comunidad creyente a lo largo de varios siglos meditando con pasión y sabiduría a estas páginas. Sin embargo, aún para los creyentes, hay que encontrar una explicación del texto para poderlo recibir en su integridad. En nadie se justifica la ignorancia o la simplificación.
La expresión "El Señor Dios modeló el ser humano con arcilla del suelo" (Génesis 2,7) puede tener muchas interpretaciones.
- Hay una primera visión sencilla (racional) que interpreta a la arcilla del suelo como "la materia". El relato sería una forma un poco primitiva para decir que el ser humano está hecho de materia, como indican las ciencias.
- Hay otra lectura más espiritual, en la que "arcilla" indica la humildad de la naturaleza humana (humildad viene de humus = tierra).
- Una interpretación más antropológica, que acerca la Biblia a los relatos de los orígenes de las varias culturas, ve en la arcilla, la fragilidad de la naturaleza humana, el tema de la limitación y de la precariedad humana... Los babilonios, por ejemplo, contaban cómo sus dioses habían amasado con barro a los hombres; y los egipcios representaron a la divinidad amasando con arcilla al faraón. Cuando la Biblia narra el origen de la humanidad, comparte la antropología popular de la época, pero agrega una novedad.
En efecto, todas las interpretaciones anteriores pueden aplicarse a este texto bíblico, pero no hay que olvidar la segunda parte del versículo 7: "Y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el ser humano se convirtió en un ser viviente". El ser humano no es únicamente arcilla: posee en su interior una chispa de vida que lo distingue de todos los demás seres vivos. Y no sólo sucede esto al rey o al faraón, sino también al hombre de la calle. Es ese aliento de vida, el Espíritu(Ruáh) que hace al ser humano un "viviente" con "Alma" (=nefesh). Nefesh designa al ser humano, quien llegó a la existencia cuando la divina chispa de vida tocó y animó su cuerpo físico formado del polvo de la tierra. En forma similar, una nueva alma llega a existir cada vez que nace un niño; cada "alma" llega a ser una nueva unidad de vida, singularmente diferente y separada de todas las otras formas similares. Esta cualidad de la individualidad de cada ser viviente, que la diferencia como una entidad singular, parece ser la idea destacada por el término hebreo.
Cuando se usa en este sentido, nefesh no es una parte de la persona; es la totalidad del ser y, en muchos casos, se traduce como "persona" (Gn 14,21; Ex 16,16; Lv 11,43-44; Dt 10,22; etc.).
Podemos ver entonces que la Biblia cuando dice que el ser humano se constituye de Arcilla (Adamá) y de Alma-Vida (Nefesh), está haciendo una gran afirmación, y nos está proponiendo un concepto de ser humano muy completo y asombrosamente actual, en su problemática.
Fuimos creados de "Arcilla" indicando con ello no solo la fragilidad y su precariedad, sino también la docilidad, maleabilidad y creatividad que implica nuestro ser, hasta llegar -como los utensilios que crea el buen alfarero- a ser útiles y bellos.
No hay nada entonces de una concepción despreciativa o dualista que contrapone la materia (mala) al espíritu (bueno). Por su parte, cuando decimos "Alma" en la Biblia no debemos pensar en algo etéreo, separado, o peor, prisionero, atrapado en el cuerpo. La vitalidad, la individualidad, la personalidad... de las que tanto hablamos hoy, son parte de ese Nefesh que Dios nos ha regalado.
Este segundo relato de la Creación (en el Capítulo 2 del Génesis) en realidad es el relato más antiguo, escrito en el siglo X aC. Su propósito no era seguramente el encontrar una explicación científica ni el de saber"cómo" fueron creadas las cosas. Más bien buscaba saber el "por qué" y el "para qué" de la Creación.
La imagen de un Dios alfarero, de rodillas en el suelo amasando barro con sus manos y soplando en las narices, puede resultarnos algo extraña. Sin embargo, en la mentalidad de aquella época era una bellísima imagen para homenajear a un Dios artista y creador.
Otra imagen algo extraña es la del Dios-cirujano; para crear a la mujer, Dios la crea de una costilla de Adán (=ser humano), es decir, de su costado. Aquí se proclama que la mujer está en el corazón de la humanidad, con la misma dignidad que el varón (comparten también la misma raiz en su nombre bíblico: Ish=varon, Ishá= mujer).
Esta imagen de la mujer, igual al varón, fue una idea revolucionaria en su época, y todavía hoy sigue siendo ignorada por algunos.
La imagen de Dios Alfarero quedó consagrada en la Biblia como una de las mejor logradas. Y a lo largo de los siglos reaparecerá muchas veces para indicar la dependencia de Dios, como en la célebre frase de Jeremías."Como barro en las manos del alfarero, así son ustedes en mis manos, dice el Señor" (18,6).

ARCILLA (Adamá)
Material maleable del suelo que se usa para hacer ladrillos y vasijas diversas. En Egipto, la arcilla aluvial que traía el Nilo, mezclada con arena y paja, se usaba para hacer ladrillos y como cemento (Ex 1,14). Una de las cualidades básicas de la arcilla es su capacidad de hacerse cada vez más modelable al añadirse agua, y más sólida al secarse. Debemos recordar que Adán fue formado de arcilla (Job 10,9), y que en manos de Dios somos de ese material (ls 64,7). Jesús, al preparar un poco de barro, formó una cataplasma que usó para sanar al ciego (Jn 9). Esto le da un valor simbólico muy especial a la arcilla bíblica (Adamá) de donde viene el nombre hebreo‘Âdâm, = "ser humano" o "ser rojizo" (en referencia al color de la arcilla).
Adán fue el nombre del primer ser humano creado por Dios de la arcilla de la tierra (Gn 2,7).
A Adán (al ser humano) se le dio autoridad sobre la tierra y todas las criaturas vivientes (1,26), y la orden de poblar el mundo (v 28).
Por causa del pecado de Adán, la muerte afectó a toda la familia humana (Rom 5,12-14). Sin embargo, Cristo, el Segundo Adán (1Cor 15,45-47), venció donde fracasó el Primer Adán (He 5,9; 9,28).

ALIENTO, SOPLO DE VIDA (Ruah)
(heb. rûah, en gr. pnéuma). La palabra hebrea designa el principio vital, del cual la respiración es expresión, y se usa 378 veces en el AT. Las traducciones más frecuentes son "espíritu", "viento" y "aliento". En pasajes como Gn 3,8; 8,1; Éx 10,3 y 14,21, rûah evidentemente se refiere a las corrientes de aire de la atmósfera, mientras que en Gn 7,22, Job 4,9 y Sal 18,15, por ejemplo, atañe a la respiración. El aliento es una evidencia de la presencia de la vida misma, o del principio vital. Además, identifica otras características que acompañan la vida, la inteligencia y las emociones o actitudes. En este último sentido a menudo se traduce como"espíritu" (Sal 32,2; Is 54,6...).

ALMA-VIDA (Nefesh)
Nefesh se puede traducir como "vida" (Gén 9,4; Job 2,4; Sal 31,13) y a menudo se refiere a losdeseos, los apetitos o las pasiones (Dt 23,24, literalmente "saciar tu nefesh"). Se puede referir a la sede de los afectos (Gén 34,3; Cnt 1,7), y a veces representa la parte volitiva del hombre (Dt 23,24; Sal 105,22, "como su nefesh lo quisiese").
En el NT el uso de la palabra griega psyke es similar al de nefesh en el AT. Es tanto la vida animal como la vida humana (Ap 16,3). En algunos casos se la usa para indicar "personas" (He 2,41-42; 7,14; Rom 2,9). En otros casos se refiere a las "emociones" (Mc 14,34; Lc 2,35), a la "mente" (Fil 1,27) o al "corazón" (Ef 6,6).


Quinto Regazzoni 

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