37º encuentro de niños
37º encuentro de niños: Somos el Cuerpo de Cristo
Nos encontramos para descubrir qué lindo es vivir en comunidad.
Se comenzará el encuentro con algún canto.
Santo y seña 36: ¿Cómo se resumen los mandamientos de Dios?
Los mandamientos se resumen en amar a Dios y al prójimo. Jesús dijo: “Les doy un mandamiento nuevo: que se amen entre ustedes como yo los amé”.
A continuación sugerimos diversas actividades, las cuales el catequista seleccionará de acuerdo con su realidad y posibilidades.
1) Preparar juntos una ensalada de frutas (el catequista tendrá previsto que cada chico traiga una fruta y los elementos necesarios). Luego de haberla preparado, todos la compartirán.
2) Entregar a cada chico una letra perteneciente a la palabra COMUNIDAD. La consigna será: “¿Qué palabra podremos formar con estas letras?”.
3) Cuento: “La sopa de piedra”
En un pequeño pueblo, una mujer se llevó una gran sorpresa al ver que había llamado a su puerta un extraño, correctamente vestido, que le pedía algo de comer. “Lo siento”, dijo ella, “pero ahora mismo no tengo nada en casa”.
“No se preocupe”, dijo amablemente el extraño, “tengo una piedra de sopa en mi cartera; si usted me permitiera echarla en un puchero de agua hirviendo, yo haría la más exquisita sopa del mundo. Un puchero muy grande, por favor”.
A la mujer le picó la curiosidad, puso el puchero al fuego y fue a contar el secreto de la piedra de sopa a sus vecinas. Cuando el agua rompió a hervir, todo el vecindario se había reunido allí para ver a aquel extraño y su piedra de sopa. El extraño dejó caer la piedra en el agua, luego probó una cucharada con verdadera deleitación y exclamó:
—¡Deliciosa! Lo único que necesita son unas cuantas papas.
—¡Yo tengo papas en mi cocina! —gritó una mujer. Y en pocos minutos estaba de regreso con una gran fuente de papas peladas que fueron derechas al puchero. El extraño volvió a probar el brebaje
-¡Excelente!–dijo, y añadió pensativo:
—-Si tuviéramos un poco de carne, haríamos un puchero de lo mas apetitoso.
Otra ama de casa salió zumbando y regresó con un pedazo de carne que el extraño, tras aceptarlo cortésmente introdujo en el puchero. Cuando volvió a probar el caldo puso los ojos en blanco y dijo:
—¡Ah! qué sabroso! Si tuviéramos unas cuantas verduras sería perfecto, absolutamente perfecto.
Unas de las vecinas fue corriendo hasta su casa y volvió con una cesta llena de zanahorias y cebollas. Después de introducir las ver-chiras en el puchero, el extraño probó nuevamente la sopa y con tono autoritario dijo: -La sal.
-Aquí la tiene— le dijo la dueña de la casa. A continuación el hombre dio otra orden:
—-Platos para todo el mundo.
La gente se apresuró a ir a sus casas en busca de platos. Algunos regresaron trayendo incluso pan y frutas. Luego se sentaron todos a disfrutar de la espléndida comida, mientras el extraño repartía abundantes raciones de su increíble sopa Todos se sentían extrañamente felices mientras reían, charlaban y compartían, por primera vez, su comida.
En medio del alborozo, el extraño se escabulló silenciosamente, dejando tras de sí la milagrosa piedra de sopa que ellos podían usar siempre que quisieran hacer la más deliciosa sopa del mundo.
Conversar sobre qué es una COMUNIDAD.¿Cómo vivían los amigos de Jesús? (Si es necesario leer nueva mente el texto de Hech. 2, 42-47). Traer al encuentro lo conversado en familia.
Nosotros ¿vivimos en comunidad? ¿Cómo lo hacemos?¿Qué cosas nos unen?
¿Qué cosas compartimos hoy y en cada encuentro? Juegos, can tos, la Palabra, celebramos juntos en la Misa, etcétera.
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